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viernes, 7 de octubre de 2011

¿Sabías que...

en Deportes Náuticos también existen curiosidades?...
Esta nueva curiosidad tiene que ver con la altitud de una ola a la que pocos, seguramente, se animarían a enfrentar a bordo de cualquier elemento aerodinámico y náutico. A continuación, los detalles de la ola más grande de la que se hayan tenido registros.

Si bien existen multitud de datos al respecto, casi todos contradictorios, e incluso en el libro Guinness de los récords no aparece registrada como tal, según informaciones dadas por diferentes científicos norteamericanos y aparecida en prestigiosos medios de comunicación internacionales, la ola más grande de la que se tiene noticia (en alta mar) se detectó durante en el mes de septiembre de 2004, cuando el huracán Iván azotaba las costas del Golfo de México.


En Alta Mar. 
La gran masa de agua fue medida por sensores que se encuentran en el fondo del océano, cuando el huracán se desplazaba por el Golfo de México. La ola era tan poderosa que hubiera podido partir a un barco por la mitad, y a su lado un edificio de 10 pisos se hubiera quedado pequeño, pero nunca llegó a la costa.
Iván alcanzó la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, convirtiéndose en el huracán más fuerte registrado en la última década en el Caribe.

A medida que el huracán se movía por el Golfo de México, se activaron los sensores empleados por el Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos para medir la presión del agua. La distancia entre la cresta y la parte inferior de la ola mayor fue de 27,7 metros, pero los científicos sospechan que los instrumentos empleados pudieron haber omitido algunas olas de hasta 40 metros. 




Las zonas marítimas de acuerdo a la Convención del Mar

En general. Ahora bien, según parece (y esto sí se refleja en el libro Guinness) la ola más alta registrada se detectó en la bahía de Lituya, en la costa sur de Alaska, en 1958. Se produjo cuando un terremoto, que alcanzó 8.3 grados en la escala Ritchter, desplazó la increíble cifra de 40 millones de metros cúbicos de barro de un glaciar situado en uno de los extremos de dicha bahía. Cuando toda esa masa de tierra impactó en el agua, se creó una ola de 524 metros de altura! Se pudo medir la enormidad de dicha ola mediante un sencillo método: los científicos encontraron la marca de la línea del nivel del agua en una de las paredes de la cadena montañosa que envuelve a la bahía a esa altura.

Imagen tomada a bordo del petrolero Esso Languedoc en las costas de Durban, Sudafrica, en 1980. Se estima que la ola tenía más de 25 metros de altura, puesto que esa es la altura respecto al nivel del mar de los mástiles que se aprecian en la borda del petrolero, y la ola superó dichos mástiles.
De todos modos, tal y como se puede apreciar en la imagen que ilustra esta curiosidad que nos ocupa, no es inusual que, en medio del océano y durante las violentas tempestades que se desatan, se produzcan olas que alcancen con facilidad los quince o veinte metros de altura. Si nos fijamos, además, en el mundo del surf, existen spots como Cortes Bank, frente a las costas de California, Jaws en Hawaii o en Mavericks (situado en Half Moon Bay, California), donde la altura "normal" de las olas es de entre diez y quince metros.

Y la pregunta es ¿quién se atreve a surfearlas?.

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