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jueves, 13 de octubre de 2011

Náuticos Arg. en la Historia.


Las motos acuáticas: el nacimiento de una pasión.


La historia de este popular deporte acuático se remonta al año 1973, cuando Clayton Jacobsen II, un fanático del motocross que vivía en Arizona, decidió que su deporte favorito debería poder practicarse en el agua. A tal efecto, inventó el primer vehículo acuático motorizado para uso personal: el jet ski. Este fue, posteriormente, el nombre específico que la empresa Kawasaki le dió al invento de Jacobsen cuando empezó a comercializar la primera moto acuática, pero poco tiempo después ya se había convertido en el nombre genérico para definir a todas las motos acuáticas.

El modelo original, tenía un motor de 400cc y permitía a una persona practicar libremente el ski acuático sin necesidad de una lancha. Sin embargo, el manejo de esta embarcación primigenia era poco más que un desafío, especialmente cuando el agua estaba algo movida. Durante unos cuantos años se trató de desarrollar mejoras que permitieran optimizar su control y estabilidad, con lo que se tornó en una embarcación muy manejable.



Imagen de la Kawasaki Jet Ski, primera moto acuática del Mundo
Imagen de la Kawasaki Jet Ski, primera moto acuática del Mundo.







La idea surgió de la mente de un fanático del motocross, cuando decidió que su deporte favorito seguro que se podía practicar en el agua.

Los primeros pasos serios.
Un doble golpe de efecto llegó a finales de los '80 con el desarrollo y producción de motos acuáticas para dos personas que fueran sentadas (en los modelos previos se debía ir de pie). Además de permitir una mayor comodidad, estas embarcaciones eran más estables, seguras y fáciles de usar que sus predecesoras.

Desde principios de los '90, se ha mejorado mucho en la tecnología y desarrollo de las embarcaciones: desde el casco hasta el motor y gestión de la combustión, han hecho posible que las motos acuáticas sean barcos pequeños muy fáciles de gobernar. Hasta tal punto esta afirmación es cierta, que el modelo Sea-Doo de la empresa canadiense Bombardier ha llegado a ser la embarcación más vendida del mundo. 


A día de hoy, existen modelos capaces de transportar tres personas y alcanzar velocidades de entorno a los 120 km/h ; se realizan competiciones anuales de todo tipo, desde travesías en solitario a Copas Mundiales. Se ha extendido tanto la popularidad de esta práctica deportiva, en parte por su accesibilidad económica como por su sencillez en el manejo, que cada año son más los adeptos que se suman a este deporte para iniciarse, de forma sencilla, en el mundo acuático.



Esta accesibilidad, sin embargo, ha provocado innumerables accidentes, a menudo mortales, provocando que en España se exija, para poder poseer y navegar en una de estas embarcaciones, un título acreditativo otorgado por la Federación Española de Motonáutica, un seguro obligatorio (como en el caso de los vehículos de carretera) así como registrar la moto acuática en un registro específico para este tipo de embarcaciones, lo que conllevará que todo moto acuática autorizada a surcar cualquiera de las costas de nuestro litoral, deberá estar matriculada para identificarla en caso de que cometa cualquier infracción de las normas de navegación.

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