Agua Bendita
Los deportes acuáticos, la gran alegría argentina en Guadalajara: aportaron diez de los trece oros de la delegación argentina. Con la competencia por la mitad, la cosecha ya superó a la de Río de Janeiro 2007 (13).
A nado, a vela, remándola. Del agua venimos, al agua volvemos. Como si fuera un parque acuático, como pez en el agua, con comodidad. Argentina encontró su hábitat en estos Juegos Panamericanos, en esa Guadalajara que ya tiene dos oros más para la delegación argentina que en el 2007 con la competencia recién por la mitad. Y el hábitat es el H2O: desde el agua se pescaron diez de los trece primer puestos que obtuvieron los compatriotas en México.
Tal vez para despertar a algún desprevenido, el remo les avisó a los argentinos que los Panamericanos habían largado: en tres días, la disciplina obtuvo cinco medallas doradas y con un nivel tremendo, la delegación quedó como el mejor país del deporte. El lunes 17 de octubre hubo tres preseas: dos remos largos sin timonel, con María Gabriela Best y María Laura Abalo; dos pares de remos cortos, gracias a Ariel Suárez y Cristian Rosso; y cuatro remos largos sin timonel, obra de Murillo, Fernández, Silvestro e Iwan. Luego, el martes 18 y miércoles 19 respectivamente, llegarían los oros del cuatro pares de remos cortos masculino (Fernández, Rosso, Suárez y Cucchietti) y del femenino (Best, Abalo, Kraljev y Rohner).
Las embarcaciones, ya con viento a favor, siguieron dando alegrías. El pasado domingo, en vela, Julio Alsogaray ganó en la categoría Láser, mientras que Cecilia Carranza Saroli se quedó con Láser radial. También se ganó a pura brazada, Cecilia Biagioli se quedó con los 10 kilómetros en aguas abiertas. Por otro lado hubo formas raras de subirse a lo más alto, en esquí acuático, Javier Julio se transformó en una de las grandes figuras argentinas de Guadalajara al quedarse con el premio mayor en las categorías figuras y overall.
Dos platas más en remo, otra en windsurf con Mariano Reutemann. Bronces en remo, en sunfish y otro en aguas abiertas. Sí, seis medallas más salidas del agua. Quedó en evidencia el gran crecimiento argentino en el deporte acuático. A brindar, que no es mala suerte.
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